Modelo de cuidados: AICP
Un jubilar, a diferencia de otros modelos de "senior cohousing", tiene prevista una estrategia de atención sociosanitaria domiciliaria. Se fundamenta en un primer compromiso de cuidado mutuo por parte de la comunidad, que se diseña por ella misma con el alcance que sus miembros deciden. La atención profesional, en su caso, se basa en un modelo de servicio de atención que cualquiera puede necesitar en el propio domicilio cuando sobreviene un episodio de enfermedad o dependencia. Una atención especializada, pero "sin bata", integrada en la vida cotidiana.
Esta asistencia se plantea y coordina siguiendo los principios de la Atención Integral y Centrada en la Persona (AICP) de la mano de la Fundación Pilares para la autonomía personal. Es un modelo que cuenta con la participación del usuario y respeta en todo momento sus decisiones. Su alcance incluye todos los niveles de dependencia.
Los vecinos y vecinas de un jubilar siguen utilizando sus servicios médicos habituales, públicos o privados, pero en paralelo cuentan con el seguimiento y asesoramiento de una persona profesional, la Gestora o Gestor AICP, que aconseja en cada momento sobre qué asistencia conviene conseguir, y coordina el equipo multidisciplinar que incluye por supuesto a la persona receptora de atención, y también a la comunidad.
La labor de esa Gestora comienza con la prevención: por eso el seguimiento se realiza desde el momento en que comenzamos a vivir en el jubilar. Sus consejos incluyen aspectos sanitarios pero también sociales: puede tanto aconsejar actividades, hábitos saludables, asistencia con las labores domésticas o ayudas técnicas en casa como la necesidad de cuidados sanitarios domiciliarios. No hay imposiciones, la decisión final está siempre en manos del usuario.
De acuerdo al principio de continuidad de los cuidados, según las circunstancias se contará con más o menos recursos (o se contratarán en su caso más o menos servicios), de forma que gracias a este tipo de atención y el entorno físico y social del jubilar, que lo posibilita, puedo seguir en mi casa hasta el final.
Al contrario que en otros modelos residenciales no existe una cartera mínima de servicios. La comunidad emplea los recursos públicos o privados que existan en la actualidad en torno al jubilar, así como los que haya decidido poner a disposición de sus miembros. Estos pueden incluir labores de voluntariado, formación, fondo solidario, banco de tiempo, actividades terapéuticas autogestionadas, etc. En cada momento cada vecino sólo contrata los servicios que desea, para cancelarlos cuando ya no son necesarios. Además, al estar juntos, es natural compartir servicios para conseguir que resulten más económicos.
Más información acerca de la Asistencia Integral y Centrada en la Persona:
- FUNDACIÓN PILARES para la autonomía personal
- RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, Pilar (2010). "La atención integral centrada en la persona". Madrid, Informes Portal Mayores, nº 106. [Fecha de publicación: 04/11/2010]
- MARTÍNEZ RODRÍGUEZ, Teresa (2011). "La atención gerontológica centrada en la persona". Vitoria-Gasteiz, Documentos de Bienestar Social nº76